sábado, 14 de enero de 2012

Meu amor marinheiro




Y aquella tarde se largó y me dejo allí plantada bajo la lluvia. Con un beso en los labios para él que en ellos quedó esperando. Y yo con mi vestido corto, ese que a él tanto le gustaba… y el carmín intacto. Con el alma destrozada y el corazón en la mano. Me dijo que aquello ya fue, que pertenecía al pasado.  Las mejillas sonrosadas y el llanto contenido inútilmente, pues las lágrimas brotaban como si de ríos se trataran  mis ojos.  Sus ojos verdes me miraron impasibles, y con la expresión quebrada dio la vuelta y sin más dilación, allí, junto al puerto, salió de mi vida para siempre…